En su libro «Mujeres que corren con los lobos», Clarissa Pinkola Estés lo describió perfectamente a través del cuento de Barba Azul. En él se representa a un hombre maltratador de la curiosidad en la psique de la energía femenina. La protagonista del cuento, era la menor de varias hermanas y se había dejado enamorar por él. Cuando se fue a vivir a su castillo, él le dio un manojo de llaves con la que podría abrir cualquier puerta. Le pidió que no bajara a las mazmorras y abriese con la llave pequeña, la puerta que había allí. Para qué. Todos sabemos cómo es la curiosidad femenina, y ella fue a abrir esa puerta tarde o temprano, aprovechando uno de los viajes de Barba Azul. Las hermanas intentaron advertirla, pero ella no hizo caso, descubriendo tras la puerta de la mazmorra, los cadáveres de otras mujeres que él había conquistado antes que a ella y que también habían «tenido curiosidad». A mí, este cuento se me queda corto, porque también los hombres sufren del maltratador interno, y Clarissa se centra sobre todo en las mujeres. Mi enfoque es más amplio, y es el que vengo a contarte.
Este cuento que yo leí hace muchísimos años, fue el precedente que me hizo ver claramente cuando otras personas que yo ayudaba estaban siendo totalmente manipuladas por su maltratador interno. Es muy, muy curioso que, alrededor de todo el mundo, este ser se aparece en los sueños de sobre todo mujeres de todas las culturas (pero también en hombres), mostrándose como un hombre que actúa desde las sombras, la penumbra, un callejón oscuro, detrás de unas cortinas, en mitad de un bosque o de la noche, persiguiéndote con algún arma o con la intención de hacerte daño. Su apariencia siempre es esta. Los que se acercan más en los sueños, siempre describen su rostro tosco, con muchas irregularidades en la piel, marcas, cicatrices, arrugas, surcos… quemaduras. Sé esto porque, hace un par de años, mientras estudiaba psicología hice una encuesta global en inglés en la que muchísimas mujeres me contaron este tipo de sueños, y yo tuve que redactarlos para darle validez a mis estudios sobre ello. Fue escalofriante. Sentí muchos impulsos eléctricos en mi piel mientras leía cómo el maltratador interno se había aparecido desde el subconsciente de las mujeres con un sentimiento tan vivido. Luego pregunté a los hombres y, aunque no es tan común también sucede.
Yo, cuando he ayudado a alguien que le sufre, que le ve, siempre le he dicho que le ponga un nombre. No tiene que ser Barba Azul, pero ponerle un nombre es como alumbrarle con un foco psíquico, y esto ayuda.
El maltratador interno, es una voz que no es tuya, pero desde tus rincones más oscuros hará que te pienses que sí es tu voz, y no solo tu voz: La mejor voz en ti, a la que le tienes que hacer caso porque si no te va a ir muy mal (él intenta actuar como tu protector) y la única que tiene la razón sobre lo que tú necesitas porque tú por ti no sabes elegir bien sin él. Porque él te conoce «mejor que nadie» y es por tu bien. Cómodamente, aparta a tus diosas y dioses interiores para sentarse en el trono de tu mente y dirigir desde ahí tu vida, convenciendo a las demás voces que viven en ti de que no son tan buenas como sus consejos. Para hacerte dudar, intentará que los arquetipos de tus dioses principales no proyecten su lado de luz, si no de sombra. Hará que tu Afrodita deje de amar por miedo o por el contrario se vaya con unos y con otros para llenar sus vacíos (o que vivas criticando a todo lo que ames). Hará que Artemisa te obsesione con sus metas, que Atenea entre en conflictos constantes, que Dionisio se pierda en algún vicio o te haga sentir mal por ser feliz, que Hestia te haga pensar que tu hogar es una jaula, que Deméter entre en pánico por no ser madre o ser una mala madre constantemente, que Perséfone se obsesione con tu físico para que nunca envejezcas ni honres esa etapa (o te revivirá tus traumas irresueltos una y otra vez), que Hécate no sepa dejar el pasado en el pasado y el futuro en el futuro (de forma que jamás vivas el presente), que Eros dude del amor que siente por la vida… Él se transformará como un demonio en voces de maltrato del pasado (y nuevas que genera en tu mente de manera muy creativa) usando en tu cabeza, las imágenes de los cuerpos de la gente que te maltrató en el pasado, para tenerte siempre sin poder, lleno/a de culpa, de vergüenza, de dolor y de dudas sobre lo que tú vales, porque tú no vales nada sin él. ¡Oh! y se va a cebar especialmente contigo en un momento vulnerable o de pérdida.
Al maltratador interno NO se le puede matar del todo, como tampoco al mal se le puede matar del todo, solo domar, conquistar a ratos, combatir con éxito por rachas, pero hay que entender, que este hombre siempre está al acecho, para que cuando menos fuerte estés, él pueda entrar en tu psique machacándote a diestro y siniestro. Muchas terapias en psicología se centran en «matar» las voces de (¿cómo se llama el tuyo? dilo aquí), porque a veces llega a extremos patológicos y realmente interfiere con el día a día de una persona, pero no entienden que no se puede matar. Sí es posible que no aparezca en meses, en años, en décadas, pero vuelve. Oh, sí. Es extraño que un niño sueñe con él, pero en la adolescencia comienza a aparecer en los sueños de las adolescentes intentando raptarlas, luego aparece cuando estamos a punto de emprender, o cuando nuestras emociones nos desbordan, o cuando ocurre un divorcio o la muerte de un ser querido… él no se pierde ninguna etapa si puede meter el pie cuando peor estés. En la vejez también aparece… Cuando las personas van a jubilarse o están más solas, intenta que entren en depresión como si ya la vida se hubiese terminado. Pero Eloise, ¿por qué hace esto?, ¿por qué existe algo así?… Pienso (mi teoría), que el maltratador interno es una sombra enorme que se «divide» en muchas sombras que esparce alrededor del mundo. Obvio a él no le importa que alguien acabe con una de esas sombras, porque tiene otras en otras partes al acecho de una buena alma en un mal momento (esas son sus favoritas, porque si logra que un alma buena se pierda, él gana más mal). El propósito es ese, que te pierdas. Que dejes marchar tu luz en el dolor más ensordecedor (me estoy emocionando :'(…), que abandones lo bueno que has creado en tu vida porque ya «nada merezca la pena». Él está detrás de las personas que se quitan la vida («el mundo está mejor sin ti», «este mundo no es para ti») o autolesionarse («córtate, no puedes seguir sintiendo tanto dolor y hay que compensarlo»), está detrás de tu autocrítica, de que seas INTOCABLE y no te abras a nadie, de que no tengas tiempo para cuestionarte las cosas porque no deja de repasarte mentalmente todo lo que «tienes que hacer», de que tu corazón viva tenso y acelerado porque «tienes que dar la talla con los objetivos» o «no eres nadie, no tienes valor», de que nadie conozca lo que te hace vulnerable porque si no, él pierde ese poder y esa persona podría empoderarte. ¿Quieres más? Él es quien te dice que dejes de comer, que «a quién vas a gustarle así», que no haces lo suficiente, que qué fea es tu celulitis, tus estrías, tus zonas no firmes. Él invade a las mujeres diciéndoles que su pareja hoy no ha hecho lo suficiente en la casa, y que tú no eres la criada ( y no en plan bien, si no de forma que nunca valores lo que es cuidar de tu propio hogar y vivas en comparativa y herida), e invade a los hombres logrando que se piensen que estar en casa para una mujer «no es como trabajar», que «se merecen a alguien que les de sexo todos los días», que «son Dios y ninguna pareja merece su devoción». El ha hecho que muchos hombres comentan atentados, cometan actos de violencia, robo, adicciones, obsesiones… matanzas como la que hemos conocido recientemente en Texas. El maltratador interno de este niño que usó las armas contra esos niños inocentes, estuvo años usando el bullying que sufrió este para guiarle hacia esto. Cuidado con este hombre. Yo he sido una especie de quebradero de cabeza para él, porque cuando ayudo a una persona le veo tan fácilmente, que intenta resistirse a mí haciendo que la persona a la que ayudo me rechace, o piense que ya es suficiente «charla», o que me digan «yo no puedo salir de esto» (es él). Entonces, que tú seas capaz de iluminarle con una linterna me produce mucha satisfacción. ¿Cómo hacerlo?… Tienes que identificar cuándo habla él y quién eres tú en realidad. Es cierto que puede esconderse dentro del ego del yo actual y te ayude firmemente a que sigas rechazando al yo ideal. ¡Claro! Para el mal toda alma «ganada para sus terrenos» es una victoria.
¡Recuerda que de vez en cuando viene a recordarte algo malo! ¡Uy! Ese es uno de sus grandes pasatiempos: llega, te suelta una frase que da en la santa herida, se va, y te deja ahí con todo el mal cuerpo el resto del día.
Debes iluminar sus escondites. Es un trabajo muy complicado… Estoy segura de que has intentado ya iluminar a los maltratadores internos de otras personas con o sin éxito… Recuerdo una vez que ayudé a que una chica volviese a ser vulnerable con alguien (conmigo)… Yo aún no conocía tanto a este «señor» y fue más fuerte que yo (creo que años después lo ha conseguido), y la frase que más recuerdo de ella tiempo después fue: «Me lanzaste muchas cuerdas para salvarme pero, no me dejó coger ninguna». Ahora sentís rabia… pena, tristeza, odio… Y es normal. Este ser oscuro psíquico se está llevando cada día más el interior de las personas, en parte creo que es porque la vida se ha vuelto más digital que real, y él encuentra ahí demasiado tiempo para vivir en la mente de todos.
Cuando aparezca en tus sueños… revisa tu vida, porque hay algo en lo que quizás estes abusando de ti o necesites cambiar.
¿Qué puede ocurrir en tu vida si no le combates?… En el mundo real, se manifestaría en forma de personas que le representan. Sí, es como un videojuego de terror, pero muy real… «El señor de la tiniebla» solo va a permitir que aceptes en tu vida gente que le representa, que es parte o su viva imagen, para que así te sea mucho, muchísimo más difícil salir de él, porque ya no sería salir del que vive en ti, si no de los que viven con su forma a tu alrededor. Abre tu instinto, y escucha las frases que la gente te dice… Ahí verás a sus maltratadores internos y si ellos se llevan bien «con el tuyo» como para que llegue a afectarte, manipularte, hacerte dudar, mantenerte en un pozo etc.
Otro aspecto que tengo que considerar deciros, es que cuanto «más grande» es la persona, «mas gigante» es su maltratador, así que vas a necesitar un buen armamento para combatirle, y eso empieza porque a diario, de manera consciente, empieces a refutar, debatir y contradecir sus frases. Todas. Como si las tienes que escribir en un papel y poner una flechita al lado con una mejor respuesta, pero debes hacerlo. Convertirte en su voz en contra es de las cosas más valientes que puedes hacer en este mundo si no la que más… Porque te has creído muchas de sus frases demasiado tiempo, y es un reto de verdad y no como los de Tik Tok. Convertirte en la voz sana de tu luz es un trabajo de años, a veces de toda la vida, pero siempre, siempre voy a luchar porque cada día haya más guerreros de luz en este mundo y espero que tú seas uno. Sé que puedes combatirle, sé que puedes derrotarle, he visto a muchos de vosotros librarle batallas muy épicas, y qué épico sería ver como poco a poco es tu lobo o tu loba interna la que se sienta en el trono mientras «ese», la observa en plenos poderes encadenado en una esquina.
PD: Poesías como «El Conde Sátiro», «Del Mal», «Del Dolor», «Papá Ares», «No es Amor I», «No es Amor II», «No es Tanto», «Las Flechas de Artemisa», «Cuando Todos Cambian», «Ya eres Mayorcito» etc, contienen en mi poemario «Mujer Poesía» aspectos sobre esta voz.